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Hotel Tótem Madrid | Hermosilla 23 | Madrid

Transformación de un edificio residencial de principios del siglo XX a un hotel 5* de 67 habitaciones en pleno corazón del Barrio de Salamanca. Siendo un edificio histórico con elementos a proteger, se consiguió hacer una intervención integral manteniendo la esencia y el carácter originario del inmueble.

Hotel Tótem Madrid | Hermosilla 23 | Madrid

Transformación de un edificio residencial de principios del siglo XX a un hotel 5* de 67 habitaciones en pleno corazón del Barrio de Salamanca. Siendo un edificio histórico con elementos a proteger, se consiguió hacer una intervención integral manteniendo la esencia y el carácter originario del inmueble.

Entrevista con Gerardo Mingo

 

«Este hotel genera emociones, sensaciones, atmósferas.
Pero pensando en la rentabilidad, la conservación, la durabilidad. Es lo que lo convierte todo en real.»

 

 

Un edificio residencial de principios del s.XX, en parte protegido, que se transforma en hotel. ¿Cómo convive esa herencia con un nuevo proyecto? Mirando hacia los orígenes del edificio y llevándolos a la contemporaneidad. Esa conjunción entre raíz y universalidad está siempre presente.

 

Uno de esos elementos protegidos y restaurados fue la escalera. Es de pino de Soria, tiene ya cien años y sin embargo ahora luce impecable. La tratamos con mucho mimo, sin productos químicos. También se restauró toda la barandilla para dejarla tal como era originalmente. El conjunto es un gran valor histórico para el edificio.

 

Para usted, un edificio tiene que estar integrado en su entorno. Si no haces una simbiosis de la atmosfera del exterior con la que se crea en el interior, se produce una disonancia y pierdes la esencia concreta de lo que estás construyendo.

Para usted, un edificio tiene que estar integrado en su entorno.

Si no haces una simbiosis de la atmosfera del exterior con la que se crea en el interior, se produce una disonancia y pierdes la esencia concreta de lo que estás construyendo.

 

¿Su espacio preferido y por qué?

El restaurante de la planta baja. Hemos unido hospedaje y restauración y funcionan muy bien juntos. En el restaurante se aprecia muy bien esa conexión con el exterior mientras conversas o disfrutas de la comida. El bar es otro de mis espacios preferidos con su increíble luminosidad cenital.

 

Y por fin la habitación…

Buscas la sorpresa, la emoción inicial que provoca la atmósfera. Eso es el grado de satisfacción. Hay que conseguir que esa persona vuelva al hotel, proponerle una experiencia.

En la habitación, en un espacio tan reducido, configuras diferentes escenarios, que no tienen una separación física, pero sí que la tienen en tu cabeza. Por eso hay que tratarlos espacialmente, superficialmente y emocionalmente. La experiencia es acumulativa.

 

¿Emociones y rentabilidad pueden ir unidas?

Es la única manera para que un hotel funcione. Generamos sensaciones y atmósferas espectaculares, pero si no tiene rentabilidad es un fracaso. Es muy importante ver todas las tripas de un hotel desde el principio: las instalaciones, la conservación, la durabilidad.

 

Defina este edificio.

Es un edificio que se comporta a la perfección, simple y sencillo. Me gusta cómo funciona y lo bien que se distribuyen los flujos de circulación de las personas.

 

 

«Mi rincón favorito es el restaurante, su conexión dentro-fuera. Me gusta ver a las personas pasear, y que ellas puedan verme a mí si les apetece.»